Top 3 autos peor diseñados

El diseño de coches es algo muy, muy difícil de hacer bien. Por extrapolación, eso significa que también es muy, muy fácil equivocarse.

Por suerte existía entonces un consorcio de establecimientos como Pininfarina, Ghia, Italdesign Giugiaro, Zagato y Bertone. Un grupo de potencias independientes que podías contratar para diseñar tus coches.

Pero, incluso los mejores se equivocan a veces. Pues los diseños no solo incluyen la estética, sino también la seguridad como conductor y peatón. Para evitar contratiempos, te recomendamos cotizar un seguro de auto de responsabilidad civil.

Aquí están algunos de los peores diseños de coches en la historia automotriz.

 

1. Hyundai Lavita

No, no se trata de una galleta de desayuno, sino de un monovolumen compacto horriblemente diseñado por Hyundai.

Con unas proporciones extrañas y una ventana trasera que simplemente arruina la continuidad de su perfil lateral, es probablemente el peor diseño de coche que ha llegado a Pininfaria hasta la fecha.

Cuando era nuevo, Hyundai afirmaba que el Lavita era tan innovador que no era necesario ceñirse a las convenciones de denominación tradicionales como vagón, mini-MPV o coche urbano, sino más bien “Euro-hatch”.

Por debajo, el Hyundai Lavita era básicamente un Elantra rediseñado, con el mismo motor de cuatro cilindros de 1,8 litros y 90 kW/161 Nm.

2. Suzuki SX4

El Suzuki SX4 procede del estudio que creó el Ferrari 250 GTO y el De Tomaso Mangusta.

Al igual que el Hyundai Lavita, el Suzuki SX4 es la prueba del horror que supone unir segmentos indeseables.

Responde a las preguntas que nadie ha formulado, que es lo que ocurre cuando se cruza un utilitario con un pequeño y simpático monovolumen.

Al igual que el Hyundai, su cristalera demasiado alta y sus proporciones rechonchas dan como resultado un vehículo de aspecto bastante aburrido e hinchado. ¿No nos alegramos de que el optimismo de los años 2000 haya terminado?

3. Nissan Autech Stelvio

Tan interesante como extraño, el Nissan Autech Stelvio fue la versión japonesa del gran turismo europeo.

En la década de los 90, Nissan no tenía ninguna solución para su creciente clientela que deseaba un buen GT.

Su solución fue desmontar un Nissan Leopard de 1990 con doble turbo hasta dejar su chasis al descubierto, enviarlo a Zagato en Italia para que lo reimaginara y luego enviarlo de vuelta a Japón para venderlo por el rescate de un rey.

¿Cuánto cuesta? 18 millones de yenes (193.000 dólares). Cuando era nuevo, podías comprar un Stelvio automático y de aspecto extraño, o cuatro Nissan R32 GTR de 1990 a un coste de 4,45 millones de yenes (47.700 dólares australianos) cada uno, y aún te quedaba cambio.

No es difícil ver por qué fue un fracaso. La parte más interesante de su diseño es la forma en que sus retrovisores laterales están integrados en el capó, creando un tratamiento frontal bastante voluminoso y único que aún no se ha repetido. Afortunadamente.

 

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